Siempre de pequeña quise ser "Maestra". Recuerdo que jugaba con libros y a la escuelita. Mis primos y mis amigos protagonizaban el papel de los alumnos y no la pasábamos tan mal. Ya de adolescente un profesor del liceo me preguntó qué quería estudiar en la universidad y sin pensarlo dos veces respondí: "Educación".
Su cara de decepción fue sorpresiva para mí. Con tan sólo señalar las condiciones físicas del aula de clases en la que estábamos, su silla chueca y y el escritorio que no llegaba a categoría de "mesita" deduje inmediatamente: Respuesta Equivocada!!!! Desde ese momento, cada vez que alguien me hacía la pregunta respondía: ¿¿yo?? Ingeniería en Sistemas. Era una manera muy fácil de hacer feliz a la gente.